Ecosistema | Aceleradoras | 29-Ene-20

La revolución de la alimentación y los retos del sector

Una de las claves del futuro de la alimentación pasa por reducir el desperdicio alimentario; además de producir alimentos con menor o cero impactos medioambientales.

Raúl Martín Raúl Martín, director general de KM Zero Food Innovation Hub

La revolución de la industria de la alimentación ya es un hecho. Y esta transformación pasa por poner en el centro, las demandas y las necesidades de un consumidor cada vez más consciente e informado. Todos los actores de la cadena alimentaria están en la búsqueda de respuestas a los nuevos desafíos, respuestas que deben venir de la mano de la innovación.

De los desafíos y los casos de éxito que los están abordando en la actualidad habla Fooduristic, una publicación creada por KM ZERO Food Innovation Hub con apoyo de partners de la industria y otras entidades colaboradoras, donde se ofrece una visión real sobre las tecnologías, proyectos y personas que están construyendo el futuro de la alimentación.

El desafío urgente de la salud y sostenibilidad

Precisamente, Fooduristic tiene como ejes los principales desafíos a los que se enfrenta el sector, como son la salud y la sostenibilidad, en un entorno cada vez más cambiante marcado por los nuevos hábitos de los consumidores. La generación actual es cada vez más consciente de problemas transversales que afectan a la vida diaria, como son el cambio climático y el desperdicio alimentario, cuestiones para las que se demandan soluciones urgentes. En la actualidad, el consumidor se esfuerza por llevar una vida saludable, buscando una alimentación que le ayude a prevenir enfermedades, y, por otra parte, alimentos producidos de manera respetuosa con el medio ambiente. Además, prefiere platos fáciles de preparar, rápidos y de conveniencia.

La industria alimentaria sabe que sus consumidores están cada vez más preocupados por reducir su impacto medioambiental. Como he mencionado, variables como el cambio climático, el desperdicio alimentario, la sobrepoblación y la falta de recursos o la preocupación por el bienestar animal son cada vez mas relevantes en el argumentario de compra de un consumidor medio.

Todos los actores de la cadena alimentaria están en la búsqueda de respuestas a los nuevos desafíos

Uno de los proyectos más conocidos a nivel mediático es Beyond Meat, que desarrolla un producto de base vegetal con unas características organolépticas que se acercan mucho a la carne “real”. Otra solución sostenible, esta vez apoyada en la tecnología, es Trazable, que ha creado una plataforma de trazabilidad blockchain para contribuir a mejorar las ineficiencias de comunicación que existen en las cadenas de suministro de la industria, unificando la información en un solo registro y contribuyendo así a la seguridad alimentaria.

Sam Kass, asesor de política alimentaria de la Administración Obama, afirma: “lo que es bueno para nosotros, también es bueno para el medio ambiente”. Y es que, lamentablemente, la mala alimentación es causante de enfermedades como la obesidad, presente en el 61,6% de la población española o la diabetes tipo 2 que afecta a más de 400 millones de personas en el mundo. En los últimos años, los consumidores han comenzado a buscar dietas más equilibradas pensando en su salud, aumentando la ingesta de alimentos de origen vegetal. Asimismo, desde las startups han surgido soluciones como los huertos verticales inteligentes, una tendencia que favorecerá el desarrollo de la agricultura eficiente y sostenible que en Europa lidera Infarm. Su solución se genera dentro de un entorno controlado y que independiza esta práctica de los problemas que comporta el cambio climático.

Cambio climático, desperdicio alimentario, sobrepoblación, falta de recursos o el bienestar animal son cada vez mas relevantes en el argumentario de compra

Puedo afirmar que una de las claves del futuro de la alimentación pasa por reducir el desperdicio alimentario; además de producir alimentos con menor o cero impactos medioambientales, aprovecharemos la economía circular para revalorizar los subproductos convirtiéndolos en nuevos recursos.

La tecnología también será clave para ese futuro: gracias a los nuevos canales y medios digitales, seremos capaces de predecir la forma en la que comeremos y haremos la compra, guiados de nuevo por variables como la salud o la conveniencia, pero también por una búsqueda constante de experiencias, como la que ofrecen los llamados grocerants, supermercados que a su misma vez son restaurantes.


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